sábado, 28 de septiembre de 2013


CÓMO CONOCÍ A LOS 19 JÓVENES TALENTOS.

Capítulo 4.
Mi padre discute mejor vestido de gallego.





¡Buenas, criaturitas escritoras!. He estado así como perezoso para continuar la historia. Me encantaría decir que he estado ocupado, haciendo cosas de provecho, y preparándome para levantar el país.......pero estaría mintiendo. He estado en el sofá viendo la tele y comiendo chocolate. Un planazo. Pero bueeeeno, ya empiezo otra vez. Por dónde iba.......ahhh sí......



Ya había pasado casi un mes desde que aquel fatídico episodio en la facultad de León había llegado a su fin. Maria la Loca se había ido a su ciudad.........Guillermo seguía pareciendo una ofensiva cacatúa......y yo, ya, si soy sincero, ya me había olvidado del concurso. Como ya habían pasado tantos días, pues bueno, era como ese examen que a todos nos sale mal, y que lo suprimimos mentalmente hasta que nos lo entregan (luego aparece salvajemente y te pega un tortazo metafórico).
Si os soy sincero, ese fue el mes más intenso de mi vida. Quiero decir, creo que jamás me pasaron tantas cosas juntas en tan poco tiempo (mi vida es que es lentilla......algo así como yo). Pasaron taaaantas cosas.....me encantaría que ahora entrara un flashback, pero esto no es la tele, así que hacedlo vosotros. Es decir, usad la imaginación. No lo voy a hacer yo todo (que es lo que tendría que hacer). Malditos paréntesis que siempre tienen razón

Bueeeeno digamos que al principio todo transcurría como siempre. Sorprendentemente, MR (Madre Rosario para los que no han leído el anterior capítulo), aparecía constantemente en mi vida. Era desquiciante, era como si la tuviera pegada al cogote todo el rato.
También hay que decir que en educación física empezamos a practicar rugby, y que resulta que era el mejor. Enserio, la verdad que hasta pensé en apuntarme al equipo del Bierzo. Pero el problema esque los superdeportistas del colegio no les hacía mucha gracia, así que me cogieron tirria y nunca me eligieron para los equipos así que no podía jugar (Llame al 600000001, y contribuya a que un Cacerolo pueda volar como un cisne en el rugby). Luego hicimos fútbol. Pero eso era otro cantar. Madre mía era malííííííiíísimo. Lesionaba hasta a los de mi equipo. Me acuerdo un día en especial, en el que tenía que sacar, y a mi lado estaba Sergio. Sí, ese Sergio. El típico tío super futbolista pero insoportable. Pues según saqué, aunque Sergio estaba A MI DERECHA, y yo tiraba HACIA DELANTE, no se cómo, pero desafiando las leyes de la física mecánica, y tambien desafiando mi nota media, el balón le pegó un tortazo, pero de estos que parecen 7. Madre mía poco más y lo mato.
En aquel tiempo también me enfadé con mi mejor amigo, pero eso fue una tontería y lo solucioné como hacen los hombre. Le hice una tarta de chocolate. Casi quemo la casa. Con esa van 9.
Ahora viene el echo más reseñable. En una de las bandas de gaitas a la que voy llegó una chica nueva. Parecía maja y tal. Y bueno me hice su amigo.Parecía súper amable.
¡¡¡¡HOOOORA DEL SEGUNDO RESUMEEEEEN!!!


No lo era.
Resulta que era prima de David, un viejo conocido mío que en cuarto de primaria me hizo la vida imposible. Así que esta chavala empezó sin más a mal meter rumores míos. Y mi padre se enteró. Y los rumores eran tan graves que cuando mi padre supo que era mentira pues cataplúm. Aunque yo no quería mi padre llamó la atención a la chavala. Eso acabó mal.
Esta historia terminó después de una actuación con mi padre vestido de gallego tradicional discutiendo con los padres de la niña, lo cuales decían que querían matarme ( Vaya, ya son 4567 personas que quieren matarme, ¿Cómo lo hago? ¡ Si soy un peluchito !).

                                 PERO AL FIN, DESPUÉS DE CASI UN MES.......

Estábamos en un cambio de hora maravillosamente típico. El sol brillaaaaaba, las niñas gritaban, los estuches volaban apaciblemente aterrizando sobre cabezas. Hermoso, francamente hermoso. En medio del cambio de hora, me sacaron de mis casillas y le grité a uno de los graciosillos:
- ¡¡APARTA ESA REGLA DE MI O TE JURO QUE CONOCERÁ TU INTERIOR!!
No dije exactamente eso, pero mejor lo censuro.
Justo en ese instante se asoma por la puerta mi profesor de lengua y dice:
¡Raúl, sal un momento!
En ese momento mi prodigiosa cabecita pensante formuló el siguiente pensamiento.
¡Mier** mier** mier**!
Pero cuando salí, me lo encontré sonriente, y me dio la enhorabuena. Y ME REGALÓ UN LIBRO. Es muy guay, lo guardo como recuerdo de él. Peeero había trampa.
Me dijeron que había sido ``seleccionado´´. Es decir, igual era sexto premio, o primero y me iba a Londres. Pero yo estaba feliz. Claro ahora venía la gran pregunta:
-¿Y dónde reparten los premios Asturias-León?
A lo que el contestó:
-Pues....este año...¡en Ponferrada!!!

¡¡¡¡¡¡YIHAAAAAAAAA JUEGO EN CASAAAA COMO EL BARCELONAA!!!!!!









jueves, 19 de septiembre de 2013

la historia de como empezo una gran historia.

Bueno estabamos en clase de lengua, a última hora de un jueves y de no ser por los intermitentes chillidos de alguna que otra persona de la chupipandi murciana, yo ya estaría felizmente dormida. Llegó María, la coordinadora y nos dió las hojas de Coca Cola con el cubre botellas y nos explicó lo del concurso y que al día siguiente tendríamos que traer un cuento para poder seleccionar a los que iban a ir. Y entonces la Mercader, mi profesora real de lengua (si, desgraciadamente no es la que fue al viaje) nos dejó un rato para hacerlo en clase y dijo que lo que no termináramos aquí lo tendríamos que hacer en casa.Yo empecé a calentarme la cabeza, porque quería ir. A sí que me puse a pensar sin sacar nada en limpio. Tocó el timbre y me fui a mi casa con la intención de hacer un buen cuento. Total, que tras dos horas terminé mi requete-cursi relato (se llamaba "Para toda la vida", imaginaos) y al día siguiente se lo entregué a la Mercader.  Tras un mes o así (se tomó tiempo la tía) nos dijo a Juanmi y a mí (Juanmi es casi superdotado) que seríamos los que iríamos al concurso (yo me puse muy contenta) y así quedo todo. Nos anunciaron el día que iba ser (13 Abril) y ahí empezó a decaer mi alegría. ERA EL MISMO DÍA QUE LA OLIMPIADA DE MATEMÁTICAS :( ( si mi profesor de mates creía que yo tenía ALGUNA REMOTA POSIBILIDAD de ganar ese concurso) y yo inmediatamente pensé COCA COLA POH FAVOH! y así hablé con el tutor (porque mi colegio quería que fuese a la Olimpiada) y él convenció a los altos cargos para que fuera a Coca Cola. De ahí llegó todo el rollo de envidias y chanchullos con mis amigas. Bueno sí entonces el trece de abril fui a un colegio público de Murcia, con gente mu buena (todos mu majos) y vi como a 300 personas y yo en plan glubb!!! jajaja Bueno entramos, y me puse al lado de una que no conocía, porque iba en una clase distinta que mis compañeros. Cuando vi la tarjeta pensé que sería publicidad. Lo juro. Estuve a punto de guardarmela en el bolsillo. Y tras unos diez minutos llegó el embotellador, (dejando tras sí un claro y desagradable olor a puros) y nos dio las hojas y las instrucciones y nos dijo "tenéis dos horas. Ala, ¡buena suerte!" y yo miré a la chica que tenía al lado con cara de "en que lío nos hemos metido, chica que acabo de conocer!" y me puse a escribir. La historia salió sola, sin haber pensado antes nada, y cuando llegué al final la cosa se complicó. No sabía que poner. A sí que decidí dejarlo abierto, como había leído algunas veces y me quedé tan pancha. :) Salí cuando faltaban quince minutos y la chica que tenía al lado todavía estaba pasándolo a limpio. Me dieron la botella y la camiseta y nos fuimos a casa... Segura de que jamás ganaría.
Un mes después estaba yo en el intercambio de clase y llego la de lengua y me dio un abrazo (yo como eing? xD) y me dijo que había ganado. Se lo dijo a toda la clase y me dieron un aplauso espontáneo. Fue el momento más feliz del mes :) Luego el seis de junio fui al Oceanográfic con otra compañera que había ganado y nuestras profesoras y madres. Tras pasar una agradable velada por allí, nos dirijimos a las 4 al AUDITORIO ROJO. Allí dirían los premios. me hice amiga de una que tenía al lado que era de cuenca.  Iban diciendo Valencia! Gandía! y Murcia no llegaba. Cuando dijeron Murcia me empecé a poner nerviosa. Mi amiga y yo empezamos a decir no si yo será sexta bah y yo quinta o cosas así. Iban diciendo. FULANO! y nosotras, vale, no somos 6. MENGANO! vale, no somos 5. PEPITA! vale no somos  4. ISABEL! y la nombraron a ella.  y yo pensé vale seré 2. Entonces dijeron ... 2... JUANITA! y yo ABRI LA BOCA TODO LO QUE PUDE Y ME MIRE A LA DE CUENCA CON CARA DE EXTREMA FELICIDAD. Cuando me llamaron, subí con una sonrisa de oreja a oreja y recibí mi premio y un gran aplauso por parte del público. Y cuando iban a hacer la foto, mi profesora me dijo... 1 mes guardando el secreto!!!! y yo en plan... hija de tu... pero que enseguida volví a sonreír. Luego dijeron los que pasarían a la fase nacional y yo pensé, bueno ahí ya no paso. Y ME VOLVIERON A LLAMAR ( claro que ganadora de murcia solo había una y iría a la fase nacional pero yo eso no lo sabía.) Así que miré a mi amiga de Cuenca y a la de Murcia con otra sonrisa y me subí al escenario, y vi a Aitana  y a María. Aitana me dijo... Nos vemos en Londres! y yo to contentísimaaa. Y volvimos a casa y yo era la super heroína del autocar. Y así, casi sin saberlo, comenzó la mayor aventura de mi vida. FINNNNN!!!!!!!!!!! (el resto ya lo sabéis)

C3: La monja contraataca.


CÓMO CONOCÍ A LOS 19 JÓVENES TALENTOS

Capítulo 3.
La monja contraataca.



El autobús llegó a la Universidad de León hora y media después de que los mineros fueran.....ejem.....vale, seré sincero, de que se fueran. A secas. León es una ciudad común............comúna maldita cárcel. Es demasiado...gris....triste.....FEA. Además, tiene un carácter muy soso que contrasta con el de los bercianos (mas todavía, con el de la C.B.T., la chupipandi berciana tarambanera). Básicamente, creo que en León como saben que la ciudad es muy fea, construyeron el Musak para disimular (El Musak es un museo de colorines por fuera y obras chungas por dentro), peeeero no, León, no cuela. Es una ciudad fea.
Me vuelvo a desviar.
Nos recibieron en la facultad de derecho. Un grandioso edificio, que a decir verdad atrae bastante. Hasta la chupipandi quedó alucinada. No, chicos, no os engañéis, si alguna vez entráis en la universidad, será de conserjes. No lo dije en voz alta, porque sería incómodo tener que huir de ellos por todo el campo universitario, además, seguro que esos canis llevan algo que pincha.
Así entramos en el aula donde haríamos la prueba. Mis impresiones se pueden resumir en una palabra: miedo.
No sólo porque el aula era la típica gigante escalonada con el profesor en una mesa abajo del todo. Ja, no no era eso. Era porque las personas que habían llegado puntuales llevaban hora y media esperando. Creo que la última vez que vi tantas caras de odio fue....en clase.
PERO OYE, en clase son 23, aquí eran lo menos 60. Hay una diferencia de 47 personas que miran con odio. Habíamos tardado tanto que se hicieron amigos los que ya estaban presentes. Estoy por apostar que algunos hasta firmaron una multipropiedad.
Reconozco que después de casi cuatro horas en autobús con la chupipandi, no estaba muy católico (JAJAJAJAJAJAJAJA CATÓLICO, JAJAJAJAJAJAJAJA YO).

Desconocido: ¡Hola! me llamo Cristian, ¿que tal?
Yo: Meh, aquí
Desconocido: Jeje......emmm....eso ya lo veo
Yo: Pues como no te calles será lo último que veas. PRIMER AVISO
No me siento orgulloso, pero luego descubrí que era parte de otra chupipandi del otro lado de León. Pasaron dos horas, y seguíamos escribiendo. Bueno, a mi no me venía la inspiración, así que estaba contando baldosas, literalmente. Y POR FIN, DE MANERA CELESTIAL Y MÍSTICA, LA INSPIRACIÓN LLEGÓ. Cinco minutos antes de que finalizara el tiempo. Vale. Estupendo.
Al salir yo estaba seguro de que había hecho todo lo posible, y así era. Estaba parcialmente feliz.
Luego llegó ella. Sí, no se por qué demonios estaba allí, pero estaba. Os preguntareis quien.......
Pues la que no debe ser nombrada...la señora tenebrosa. Si insistís lo diré... ah, vale.

                                                   ¡¡¡¡¡MADRE ROSARIO!!!!!

Vale, os lo dije, en algún lugar se ha muerto un oso amoroso. Me referiré a ella como MR (Yiah nigga yiah, MR rules JAJA no). MR es la monja que nos da religión. Me preguntó de que iba mi relato. Se lo dije. Mala idea
A ver, esta señora siempre me tuvo asquete..manía...tírria salvaje.... Pero esto fue demasiado. Su opinión fue:
VAYA ASCO DE RELATO SURREALISTA, QUE SURREALISTA ES, NO GANARÁS NI UN APLAUSO PUAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Zasca. Estoy escribiendo en este blog, así que yo gano. Monjas-0 Raúl-1.

Pero claro de aquella me lo tomé mal, pero callé, y le respeté. El problema esque ella estuvo PEGADITA a mi todo el día recordándome lo malo que era mi relato. Dios, y nunca mejor dicho. Era como tener a un Pepito Grillo sádico atascado en mi oreja. Al fina exploté, como es natural, cuando te repiten algo malo a conciencia chocotorrocientas veces. El diálogo fue diferente esta vez:

-Esque Raúl, no se como te dejan ni concursar, que desperdicio, para hacer algo tan surrealista....
-¿SURREALISTA? EN LA BIBLIA MULTIPLICAN COMIDA, RESUCITAN TÍOS, Y ANDAN SOBRE EL AGUA, Y BIEN QUE TE LO LEES
Maravilloso. Toda la tarde corriendo porque la monja y la chupipandi me querían matar. Guillermo, María la loca(una chica que habla odiosamente deprisa y a gritos) y yo nos metimos en el cuarto de la limpieza. A Guillermo le dio un brote y emppezo a cacarear:
-Pues sinceramente, yo creo que un poco de razón tiene Madre Rosario, menos mal que vine yo a ganar, porque menudo nivel.....
Guilleeermooooooo.......Guillermo, que aquí hay muchas escobas con las que pegarte.....y parecen resistentes.
Al pasar el día, monté en el autobús listo para volver, con el convencimiento de que había hecho era, como dice mi entrenador de judo, una caca seca pinchada en un palo verde. Pero bueno........era lo que había. Eso sí, me quedaba el viaje de vuelta con la chupipandi berciana tarambanera. Esta vez por lo menos cambiaron de registro musical. Pusieron reggaeton. DIOS, PORQUE ME CASTIGAS ASI......(sollozos y lloros varios)




miércoles, 18 de septiembre de 2013

C2: Los mineros indignados no quieren que concurse.

CÓMO CONOCÍ A LOS 19 JÓVENES TALENTOS

Capítulo 2.
Los mineros indignados no quieren que concurse.


Bueno, como iba diciendo, escribí el relato y se lo dí a mi profesor de lengua. Pasaron unas dos semanas, en las que yo me olvidé de que mi colegio iba a escoger 6 personas para ir a concursar. Me olvidé del todo. Es normal, mi tío nos dijo que se iba a casar, algo para lo que ahora quedan unos 20 días (Sí sí, me alegro muuucho de que os caséis, pero NI DE COÑA pienso llevar una pajarita azul, tengo bastante solo con el traje de Pantxillo), y con ese anuncio, ya sí que todas mis demás preocupaciones se esfumaron.
Un día en clase de lengua estábamos en silencio todos castigados por tirar petardos a los coches de fuera (¡A mí no me miréis, estoy loco, pero no tanto!), cuando de repente, mientras estaba atontado estudiando un verdadero rollazo sobre el complemento directo, una circular se deslizño por mi pupitre encima de mi libro. Cuando me fijé en el logotipo que había en la esquina casi me da algo: Era el logotipo del Concurso Jóvenes talentos de Coca Cola.
Levanté la vista del pupitre y vi a mi profesor, que se limitó a decirme:
-¿Habría algún problema en participar en el concurso de Coca Cola?-
¡PAUSA!
Vale, vale, me encantaría decir que con decisión y temperamento acepté firmemente el desafío, pero ehhh, para el carro. No, es más, sólo pude emitir una especie de silbido desde la garganta, lo que provocó un desmame general  (Ja ja, Raúl tiene la misma expresividad que un globo deshinchándose, que guay).
Bueno al final rellené los datos de la hoja, pero creo que aquí debo de hacer un paréntesis para dar una pincelada sobre los otros cinco cabestros...ehhh....esteeee...compañeros que el colegio seleccionó para concursar:

GUILLERMO: Este chico es mas bien majete, pero le dan brotes y de repente se convierte en alguien directamente MEJOR QUE TÚ, lo que hace que quieras darle un sopapo con el palo de una escoba
SERGIO: Este chico me ha atormentado psicológicamente desde primero de infantil. Es la cosa más mala a este lado del mediterráneo. Eso sí, es hijo de profesora y claro...se libra.....o bueno, igual es por sus ojos preciosos y azules (sarcasmo).
MARÍA: Esta chica quizá sea la más normal, es muy maja, y es hija del director. Ya está. Se acabó la definición
PAULA: Esta es la típica snob, que no se relacciona con seres inferiores como yo (Oy, que peeena). Tiene el asombroso Súper Poder de sacarte 400.000 defectos en un segundo. Obvio. Es Paula.
PATRICIA: Oh. Aquí si que hay vibraciones oscuras.....esta cosa es más fea que pegarle a un padre con una pata de cabra. Me refiero a su actitud. Sólo piensa en tonterías, lo que la hace parecer excéntrica y muy muy muy muy borde.

Ale, se cierra el paréntesis.
El viernes indicado para concursar, me fui a la estación de autobuses de Ponferrada con estos cinco individuos. Eso sí, al montar en el autobús deseé salir de allí a los cinco minutos. Creo que la última vez que vi a tanto cani y a tanta niña pija fue....bueno....cuando salí el día anterior a la calle para ir al colegio.
Guillermo y yo nos acurrucamos en un sitio que no nos pudieran hacer mucho daño, y esperamos a que todo pasara. ¡HORA DEL RESUMEEEEEEEEEEEEEEEEN!
No pasó
Para más inri, nos pararon por una manifestación de mineros quemando neumáticos en la autopista. En idioma de Mordor, creo que eso quiere decir: Estoy indignado

¡HORA Y MEDIA EN ESA JAULA DE SUFRIMIENTO QUE ELLOS LLAMABAN AUTOBÚS!

Después de que yo ya hubiera tenido tiempo de pensar en hombre, mujeres, Dios y el Universo, y de haber resuelto el misterio de la vida, dijeron que la autopista había sido desatascada.
Así que, el autobús de la chupipandi berciana tarambanera, se dirigía a la universidad de León, llenos de incertidumbre........y de canciones cutres de Justin Bíberon y One Direction..........

C1: Las meriendas en casa de mi tía Pepita son lo mejor.

Humm......¡Ah hola!...Bueno yo soy Raúl, ya sabréis toda la historia de este blog, bien, pues yo me llamo Raúl, o Cacerolo...como queráis. Me habéis pillado viendo lo bonito que esta gente ha dejado todo esto. Hay que ver, yo como siempre tarde..... me pillan un poco ocupado, y cuando me doy la vuelta...¡Crean este blog!.....Ayyyy.... bueno. He estado echando un vistazo a todo esto y he visto que todo el mundo pone cosas preciosas....ay me emociono....de verdad.
Pero bueno, volviendo al tema, yo podría poner un montón de líneas de como les conocí y lo que les echo de menos, pero a decir verdad, sería un poco redundante, ¿no?. Durante el viaje hubo gente que me dijo que no me imaginaba en mi vida corriente. Por eso he decidido contaros (aunque no queráis MUAHAHAHAHAHAHAno) cómo viví yo la experiencia Cocacolera, es decir desde que concursé, hasta el mismo avión hacia Londres. Eso sí, por capítulos, que me canso, y así si esto resulta ser una chapa, acabo con un típico ``¡CHIN PON!´´ que siempre funciona y queda muy resultón. Así que, pequeños, sentaros a escuchar la historia de...........

COMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE

Uy, eso ha sido un poco plagio, probaré otra vez.

COMO CONOCÍ A LOS 19 JÓVENES TALENTOS

Capítulo 1.
Las meriendas en casa de mi tía Pepita son lo mejor.

Yo, aunque no lo creáis, soy un chico así como muy normal, que hacía cosas de chico normal, en una ciudad muy normal, rodeado de LOCOS. Sí, ¡locos en clase que el día del mercado les tiran borradores a las gitanas de los puestos!.
Me estoy desviando. Desde primero de la ESO nos habitan hablado del concurso, pero vamos, mucho caso no le hacía, porque es como cuando te hablan del futuro, que escuchas pero vamos, que tampocooooo....digamoooos......te lo piensas muuucho.......Porque además, como cualquier niño inocente, yo tenía la cabeza en otras cosas que en concursos: La música, mis notas, y quedar con mis amigos y primos en las fiestas del pueblo. Vamos, una vida sencillita, pero llena de felicidad y de meriendas hogareños con mi tía Pepita (sí, mi tía se llama Pepita, ese nombre existe).
 El primer día en segundo que hablaron seriamente del concurso, fueron unos representantes que vinieron a ponernos los dientes largos con los maravillosos, fantabulosos y chupiguays premio que había.........y que no íbamos a ganar. Cómo no, todo segundo fue castigado por portarse como imbéciles con los representantes(hum, típico, muy típico), y no nos dieron la botella de Coca Cola, que creo que les dolió mas que el ser castigados sin concursar. Mi profesor luchó por los alumnos hasta que levantaron el castigo. Buscó concursantes, para la selección en clase de los que irían a concursar, pero como nadie se ofrecía lo puso obligatorio.
Al principio, me sentó algo así como si me volcaran veneno de serpiente en el ojo, y me hicieran un Josefina tirándome por la ventana, porque no me gusta concursar en nada, miedo al fracaso y a la decepción, y esas TONTÁS. Así que hice mi trabajo, y se lo entregué al profesor, pero vamos, sólo para salir del paso. Lo que no sabía, es que aunque yo había acabado la historia, la mía estaba a punto de empezar..............

sábado, 14 de septiembre de 2013

Discurso para una boda

DISCURSO PARA UNA BODA


Me gustaría empezar hablando del día en el que Chema y yo nos conocimos, aquel sábado 16 de julio, yo estaba un poco nervioso por ver cómo era él, si era como mi madre me había contado. Me acuerdo que era mediodía y yo había preparado una mesa para comer con una rosa, velas y todo lo necesario para que el día en el que nos conocimos fuera inolvidable tanto para él como para mí. Chema llegaría sobre las tres, yo en el sofá, esperando, aunque se retraso un poco, Chema tocó el timbre de casa por primera vez cuándo Pedro Piqueras estaba a punto de terminar el telediario y Sara Carbonero empezara con los deportes, cosa que yo no me quería perder. Entonces entró, saludo a mi madre con un beso “sosaino” y nervioso y nos saludamos, él me dio la mano, parecía un tío serio y de negocios. Piqueras ya había terminado de contar lo que había pasado en las revueltas de Siria y todo eso que en aquel momento nos tenía a todos pegados a la pantalla. Chema estaba con mi madre hablando mientras yo escuchaba a Sara hablar de mi querido Real Madrid, entonces él me dio la mala noticia, él era del Barça, ya os podeis imaginar porque vienen la mayoría de nuestras discusiones.
Aquel fin de semana íbamos a hacer un descenso de barranco en Los Pirineos, en la Sierra de Guara y os aseguro que saltar desde  doce metros une mucho y más cuando el guía te mete presión para que saltes cuando él diga. Yo creía que Chema no se atrevería pero sí, sí se atrevió y acabamos saltando los tres juntos. Me puse a hablar con el guía y me dijo que mi “papi” era muy valiente…
A lo largo de estos dos años hemos tenido nuestros buenos y malos momentos sobre todo en un lugar, en la piscina, sí, donde yo parece que tengo una especie de imán que atraiga a Chema , me empuje a la piscina y yo acabar mosqueado, aunque luego la venganza se sirva fría y le machaque jugando al padle , y es que la edad se nota…
Bueno me vais a permitir que me ponga un poquito serio y sentimental ahora, todo esto es muy bonito, la boda , las flores, el césped, pero para mi no tiene ningún significado, en mi opinión lo que de verdad si tiene significado es lo mucho que hemos trabajado los tres y lo mucho que nos han ayudado las familias para llegar hasta aquí.
A la familia de Chema me gustaría agradecerles que desde el primer dia han hecho que me sintiera como parte de la familia, y ahora tengo que decirles que nos sentimos parte de la familia. A mi familia, agradecerles que hayan acogido a Chema como uno más y que se pueda sentir como en casa.
Quiero darle las gracias a mi madre por estar siempre a mi lado y dar su vida por mi.

Mi relación con Chema es la mejor que un hijo pueda tener con su padre. Los tres somos muy felices y lo vamos a ser siempre, aunque me hubiera gustado tener una hermanita con la que compartir mi vida pero creo que ninguno de los dos esta por la labor. Mamá y Papá enhorabuena. Siempre juntos.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Capitulo 10



Se habían embarcado en una misión imposible, pensaba Nuria. No sabían donde estaba Positivo, ni como meterle dentro de los relatos...
Todo era tan confuso... De pronto un hombre de mediana edad apareció entre ellos.
-Dadme el libro- dijo
-No- contestaron todos a la vez.
-Vale – contestó positivo y, chasqueando los dedos, hizo temblar el suelo haciéndoles a todos caer bruscamente al suelo. Nuria se levantó rápidamente, cogió el libro que estaba tirado a su lado y corrió a ponerlo a salvo.
-¡CORRE NURIAA! ¡Que el final de la historia está en tus manos! 
Miró atrás y vio como todos sus compañeros intentaban impedir que Positivo la siguiera. Algunos cayeron al suelo, otros seguían defendiéndola. Tenía que poner a salvo el libro. Tenía que hacerlo para vengar la muerte de sus compañeros. 
Nuria corría y corría y de pronto todo le daba vueltas. Pero siguió corriendo hasta que lo vio todo negro y se desmayó.
Se despertó sudando en rodeada de sábanas. El suelo estaba frío y le dolía mucho la cabeza. Todo había sido un sueño. En su cabeza, las últimas palabras se repetían, incesantemente: “Que el final de la historia está en tus manos” Se levantó y miró el reloj. Las cuatro de la mañana.
Se sentó en la cama, todavía un poco aturdida. Habían pasado a penas unas pocos meses tras conocer a los chicos de ART-DECO y les echaba mucho de menos. Entonces corrió a la mesa, y recordó la frase: “Que el final de la historia está en tus manos”  Encendió el ordenador y puso fin a la historia que tanto tiempo había estado escribiendo: "Y vivieron felices con su pingüino cuidándoles como si de un hada madrina se tratase." “No tiene sentido, pensó. Para ti. Para mí significan veinte cosas únicas... porque nada es imposible. El último capítulo continuará”

jueves, 12 de septiembre de 2013

Capítulo 9



Carlos avanzaba a paso lento hacia ellos. Tenía un cuchillo en la mano y, mientras, los siete chicos intentaban proteger el diario.
-Carlos... ¿tú no estabas muerto?
Una estridente risa inundó la sala.
-Eso os hice creer. Porque yo tenía un pacto con Positivo. Era mejor que fuerais solos. Y con ganas de venganza.
- No te vamos a dar el diario. ¿Lo sabes?- Dijo Andrea
-Bébete el fluido del limón.- dijo Javi.
- Cumpleaños feliz- cantó Nuria.
-¡NOO! ¡PARAD!
De pronto, todos se pusieron a entonar la melodía del cumpleaños feliz, y observaron como Carlo enmudecía. Soltó el cuchillo y se arrodilló.
-Parad por favor. Haré lo que queráis. Pero parad.
Mientras seguían cantando el cumpleaños, le ataron con unas cuerdas que había por allí, y le vigilaron hasta el ultimo instante, que escaparon con el libro dejándolo encerrado.
-Guarda el libro en tu mochila, Nuria-susurró Aurora- No queremos más sorpresas.
Salieron del pasadizo y se metieron en su guarida, dispuestos a averiguar qué había en ese misterioso diario.
Se sentaron el círculo, y abrieron el diario. Pasaron dos o tres páginas y, sin ninguna dificultad averiguaron lo  que contenía.
-Chicos... son nuestros relatos.-Comentó Aitana.
-¿Qué?-respondió Andrea- ¿Y para qué los quiere el señor voz misteriosa?
-Chicos... creo que está claro. Si nosotros le creamos y él salió de los cuentos... Lo quiere para que no lo volvamos a meter.- explicó Nuria, en un susurro.
- Todo esto tiene mucho sentido y es muy coherente pero... ¿por qué salió de los relatos?- comentó Javi.
- Porque no quería ser sólo un personaje de ficción. Quería ser uno de nosotros- contestó Aurora.
- Y por eso nos llamó, porque no conocía a nadie más, solo a sus creadores. Es decir, nosotros.- dijo Raúl
- Bueno creo que sé lo que tenemos que hacer ahora. Volverle a meter en los relatos.- indicó Andrea- ¿No?
-Sí. Es justo lo que yo pensaba- respondió Javi.
Bueno... pues Positivo... ¡Allá vamos!

lunes, 9 de septiembre de 2013

Capitulo 8



Tras horas de marcha y búsqueda el equipo de Raúl había encontrado un refugio decente y se encontraban ya esperando al pie del árbol acordado. El otro grupo no había llegado todavía así que se sentaron a esperar.
-         Parece raro que después de tanto tiempo hayamos terminado así. No sé nada de vosotros, de qué ha sido de vuestra vida... – Comentó Aurora
-         Yo soy escritora. Por fin cumplí mis sueños.- dijo Nuria, con un toque orgulloso en mi voz.
-         Tenías muchas habilidades. Me di cuenta en cuanto leí el relato que presentaste para ART-DECO S.L. Sabía que lo conseguirías. ¿Y tú, Raúl?
-         ¡Eh Aurora, no estás siendo borde conmigo!- exclamó Raúl pero al ver la cara de advertencia que le dirigía Aurora se controló.- Yo soy científico. Como siempre quise.
-         Yo soy empresaria... ¡Hombre Javi!
Javi y su grupo ya había llegado con un buen cargamento de previsiones. Tras revisarlas, se dirigieron a la gruta. Gracias a las señales que Nuria había puesto en el camino, llegaron al refugio sin ningún problema. Entonces, Aitana, se apoyó en una roca y de repente, se abrió una enorme grieta que parecía conducir a un pasadizo subterráneo.
-¡Ostras! ¿Bajamos?- sugirió Andrea.
- Si no hay nada más interesante que hacer...- respondió Javi, irónico- Vamos anda.
Y así, bajaron por el misterioso túnel. Resultó ser fácil, porque sólo había un camino que seguir. Cuando llegaron al final, descubrieron que no había nada. Solo murales pintados en roca y gran cantidad de tapices.
-Pues al final hemos bajado para nada- Comentó Aitana.
-Eh chicos esperad.- dijo Raúl. Esos tapices... son como los que había en las pirámides. Siempre tenían algún compartimento secreto que tenías que...-dijo mientras se acercaba- Descubrir.
Presionó un poco la superficie y, se abrió, revelando ante ellos una sala repleta de oro, joyas... pero había una cosa que destacaba sobre las demás.
-No fastidies. Ese no será...- exclamó Raúl.
- El diario de mi relato... el que busca Positivo.- dijo Aurora.
De repente, a sus espaldas, voz extrañamente familiar les sobresaltó.
- Positivo sabía que lo encontraríais. Ahora dádmelo.
-¿Carlos?

viernes, 6 de septiembre de 2013

LA HISTORIA DE CÓMO UN SOBRE ME CAMBIÓ LA VIDA

Era un día de mayo. Estando en una de tantas clases de Matemáticas del curso, la directora en persona llama a la puerta de mi clase. Todos mis compañeros, expectantes,esperaban alguna mala noticia al igual que yo; pero. sorprendentemente, con una radiante risa me pide que salga un momento de la clase. Yo, sin saber como reaccionar ante la situación, me levanto y cierro la puerta detrás de mi. Entonces, ella me entrega un sobre. Y diréis, "bueno, ¿pero que había en el sobre?". Pues bien, yo nunca me imaginé la cantidad de cosas maravillosas que te puede dar un sobre... hasta aquel momento. Abro el sobre, y veo la carta de CocaCola que dice más o menos lo siguiente: "Has sido seleccionado como uno de los 6 mejores escritores de tu sector provincial; ¡felicidades!". Yo en ese momento estaba en una nube, no me lo podía creer. Era prácticamente imposible,  ya que de pequeño aborrecía las redacciones y redactaba de la peor manera posible, y había sido seleccionado en un concurso de relato: INCREÍBLE. Entre tanto, también vi dentro del sobre 2 invitaciones para la entrega de premio en Lugo. Y allá que fui.

No tenía ningún tipo de mayor aspiración que el logro de haber llegado a poder asistir a aquel acto; mi única premisa aquel 24 de mayo era disfrutar el momento. Después de un tranquilo viaje en coche, llegamos a Lugo... y dieron las 8 de la tarde. Aquella hora, de ilusión para algunos, de nervios para otros, fue el inicio de una nueva etapa en mi vida ya que, pocos minutos después, se anunciaría mi nombre como el ganador de la 5º edición del "Concurso de relato corto 'Novos Talentos'". A partir de aquel momento algo dentro de mí cambió. Y, más allá de pensar en los exámenes del final de curso que se acercaban peligrosamente, todo dentro de mí estaba pendiente de lo mismo: de que llegara aquel maravilloso 20 de junio. 

Ya había llegado el gran día. Mi padre me acompaño al aeropuerto bien temprano por la mañana y allí emprendí un viaje que jamás olvidaré. Encontrándome ya en Madrid, llegó un gran momento: nuestro primer contacto.

Me acuerdo como si fuera ayer. No había asientos libres, por lo que busqué una silla y Raúl amablemente me cedió un pequeño hueco para poder poner mi silla. Entablé una breve conversación con él y luego me dirigí a Nuria, y luego a Ali, y así hasta conoceros a todos. Estaba seguro de que ése era el comienzo de una larga historia, de una larga y cercana amistad, el inicio de algo que, indudablemente, sería mágico, al igual que nuestros relatos. Todavía me emociono al recordar estos momentos tan bonitos y fantásticos junto a vosotros.

Pasó el primer día; y el segundo; y percibía que el vinculo que habíamos iniciado aquel 20 de junio en el aeropuerto de Barajas con el paso de cada minuto, de cada segundo, se hacía más grande y consistente, cual bola de nieve que se forma en la cumbre de una alta montaña que parece no tener fin, al igual que nuestra amistad. En definitva, y para lo cual he escrito para vosotros toda esta historia es para deciros que me habéis cambiado. Sí, para mí fue muy gratificante el encontrar a un grupo de gente maravillosa como vosotros que tiene los mismos ideales que yo, las mismas aspiraciones; encontrar a alguien en este mundo que no se dedicara a pararme los pies, y que fuera capaz de alentarme para seguir la larga senda que supone el cumplir mis sueños.

Habéis hecho que fuera capaz de ver la vida de otra manera, y gracias a vosotros he descubierto una de mis grandes aficiones: escribir. Antes para mí eso suponía un trabajo extra, pero ahora lo veo como una manera más expresar mis sentimientos, mis vivencias, de poder mostrar a los demás todo lo que me pasa por la cabeza. También habéis conseguido llevaros un pedacito de mi corazón, arrancarme las risas más grandes y las más profundas lágrimas, habéis podido hacerme sentir alguien "normal", algo que nunca pude conseguir debido a mi "irritante" capacidad de ser capaz de alcanzar lo máximo en todo lo que me proponga, lo cual pone en mi contra a mucha gente. También me habéis ayudado a ser más feliz, a sentirme más vivo a cada momento que paso con vosotros y me habéis hecho sentir como la persona más afortunada, ya que un grupo como el nuestro, que estamos juntos en lo bueno, en lo malo, y  en el día a día de cada uno (lo más importante), no se encuentra tan fácilmente, es más puedo deciros con absoluta certeza que sois únicos, no hay nadie como vosotros en este mundo.

Por todo lo que acabo de decir, y mucho más:
Nuria
Alicia
Raúl
Javier
María
Luis
Lucía
Paula
Gabriel
Jon
Sofía
Sandra
Elvira
Andrea
Aitana
Efrén
Aurora
Berta
Carlos

OS QUIERO CON TODO MI SER, Y NUNCA OS OLVIDARÉ. 

P.D.: Estoy llorando con el mayor placer del mundo, gracias por estar ahí.
  


    


Capítulo 7



Estaban todos en silencio. Lo que acababa de ocurrir era... muy cruel. Alguien de quien habían estado toda la vida burlando, malinterpretando... Se había salvado por ellos. Acababan de perder a 11 compañeros. Quizás permanecer en silencio era lo mejor. Porque el silencio habla vale más que mil palabras. De repente, una vocecilla proveniente del suelo...
-¿Donde estoy?- Dijo Andrea con un hilo de voz.
Un sospechoso suspiro de alivio por parte de Javi, que le habló con dulzura.
-¡CAGON  DIO  ANDREA  QUE  TE  HAS  PERDIDO  LO  MEJOR!
A pesar de la seriedad de la situación, por las caras apareció una sonrisa.
La pobre Andrea, que no se enteraba, se enderezó y sonrió forzosamente. ¿Dónde está el resto?-preguntó.
Era muy duro explicar cosas así pero Raúl, intentando parecer calmado, indicó:
-Han muerto. En una explosión. Por un maldito hombre. Que está loco perdido y quiere que encontremos su libro. Yo no pienso hacer nada por él.
Entonces, como si aquella voz les escuchara, informó.
- Solo habrá un ganador o un equipo ganador. Puede oponerse quien quiera. Nadie está obligado a hacerlo. Pero si alguien se opone... Traerá consigo consecuencias.
-¿Que tipo de consecuencias?- Replicó Raúl-
-Las tendrás que descubrir- contestó.
Y, a pesar de no verle, todos podían ver esa horrible sonrisa burlona en su cara.
- ¿Y por qué tenemos que encontrar ese libro?
-Porque no tenéis elección.
La tierra tembló y aquel lujoso hotel se convirtió en un terreno áspero y desolado, con grandes grietas y en el fondo, una frondosa selva.
-         Está aquí. - dijo la voz.
-         ¿Quien eres tú en realidad?- susurró Nuria
-         ¿No lo sabes? Tú me creaste. Vosotros. Ahora a correr-


Todos corrieron sin pensárselo, pues tenían miedo. Sabían de lo que era capaz Positivo. Olvidaron sus dudas y se adentraron en la maleza. Pero, había dos que no podían correr. Y cuando se dieron cuenta, era demasiado tarde. El suelo se los había comido.
- Sólo quedamos 7. Deberíamos coger comida- Comentó Javi, y todos notaron la tristeza que intentaba ocultarse entre sus palabras.  
-Yo creo que deberíamos separarnos. 7 somos un grupo muy grande. Haremos dos equipos. Uno irá a buscar comida y el otro refugio. ¿Os parece?- Dijo Nuria.
Y así, se formaron los dos grupos. Raul Aurora y Nuria buscarían refugio y Javi, Andrea, Elvira y Aitana comida.  Pero que, aparentemente, todos eran uno.
-Quedaremos en... Este árbol que tiene una forma tan rara. Creo que será fácil de recordar. – sugirió Nuria.
Y así se pusieron en marcha, a pesar de sus heridas, rumbo a lo desconocido, y sin sospechar, que al final el tiempo los terminaría separando.

Capitulo 6



Javi abrió los ojos. ¿Qué hacía en allí? Le dolía mucho el torso, y se vio una gran quemadura. No recordaba nada de lo sucedido. Se incorporó lentamente y a su lado, una Aurora y Elvira todavía estaban inconscientes. Echó un vistazo a su alrededor y vio a Alicia, en tan malas condiciones como él. Incluso peores. Se arrastró como pudo hacia ella, y descubrió que estaba haciéndose un torniquete en la pierna.
-¿Y tú como sabes hacer eso?- preguntó Javi
- Soy médico. ¿Te acuerdas?
- No, no lo sabía.
-Tiene mala pinta, lo de tu pecho. - comentó Alicia, con el ceño fruncido- Vamos, tenemos que ver quién más esta vivo.
Se incorporaron como pudieron y, sujetándose el uno al otro, revisaron la sala. La gente viva era poca y en muy malas condiciones. Alicia intentaba curar las heridas lo mejor que podía, pero los recursos eran escasos. Nuria tenía una gran quemadura en la cara , Elvira y Aurora en manos y piernas y Carlos en las piernas. También Raúl y Aitana, en bastantes buenas condiciones excepto sus brazos. Andrea y David todavía estaban inconscientes, pero vivos. El resto estaba muerto “¿Por qué, si seriamos nosotros los que íbamos a buscar su libro, nos querría matar ese hombre?” pensaba Alicia, con rabia, mientras intentaba curarles.
Una voz de la nada, seguida de un fuerte ruido les desocupó a todos.
“Queridos jóvenes talentos. La carrera ha empezado. Tenéis diez minutos para desalojar la sala. Habrá otra explosión. Quien quede morirá sin ninguna duda. Y el tiempo empieza... Ya.”
El desorden reinó en la sala. Todos querían salvarse, sin importarle el resto. En estas circunstancias, las personas se vuelven egoístas. De pronto, Carlos gritó:
-¡¡¡A ver!!! Vamos a desalojar primero a los que estén en peores condiciones Es decir a Andrea, David y Alicia, que tiene una gran herida en la pierna. ¡¡¡Vamos!!!
Entonces el grupo empezó a actuar con rapidez. Cuando estaban ya fuera los que peor estaban, se dispuso a salir el resto.
-Dos minutos- Rezó aquella misteriosa voz.
-¡Venga chicos! Yo saldré el último.- chilló Carlos.
-Carlos- Le dijo Aurora- ¿Por qué haces esto? Tú nunca fuiste así.
- Si salimos vivos te lo contaré.
De pronto Carlos cayó al suelo. Todos le miraron, inquietos y con el miedo en sus ojos. Carlos les miraba con angustia.
-¡Un minuto!
“Venga Carlos muévete”-pensaba- Pero sabía que era imposible. Estaba perdido.
-Salid vosotros. Vivid vuestra vida como yo no lo hice. Y matad a ese hombre por mí.
-Cinco, Cuatro...
-¡¡¡Caarloooos!!!! Noooo- chilló alguien, que fue inmediatamente arrastrado fuera de la sala.
-Dos, uno... CERO.
La bomba explotó... con Carlos dentro.


jueves, 5 de septiembre de 2013

JAMÁS ME OLVIDES ( SILENCIO: cap. 1)

     Otoño. Como cada año viene y como cada año se va. Desde mi sillón descanso. Si, ya me ha llegado la hora de descansar. En silencio. Un triste silencio para mí,  que provablemente sería agradable para un empresario y detestable para un niño.Si, en silencio. Aunque claro, en realidad, el tic-tac del reloj llena toda la habitación, el ruído de mis pensamientos abarrota mi cansada cabeza y los latidos de mi corazón le hacen patente a mi cuerpo que sigo aquí, en mi sillón, descansando. Esperando lo que un viejo cansado y triste espera. Entonces, ¿en silencio? En silencio no. En silencio nunca.

    Tic-tac. Bendito tiempo. Lo que nos regalas para después sacarnos. Y lo peor, lo peor es que yo ni siquiera sé lo que me has quitado. Una vida, si, pero, ¿qué vida?

    De repente, una mujer irrumpe en la habitación y con un "Deberías salir, padre" rompe tan preciado silencio que nunca existió. Odio que esa desconocida me llame padre. No sé quién es. No sé quién soy. ¿Por qué, entonces, habría de llamarme así? Antes de que pueda reflexionar sobre lo que estoy diciendo mi boca articula una frase con signos de interrogación. Algo que mitad entiendo y mitad no, pero que mi subsconsciente debe comprender porque pregunto:
    -¿Dónde está tu madre, hija?
 
     Entonces, aquella mujer, aquella desconocida se transforma ante mis ojos en mi hija. Mi querida hija Azucena. Llora. Y yo no sé por qué empieza a llorar. Lloro. Y yo no sé por qué empiezo a llorar. Pero nos quedamos en silencio. Ese silencio que nunca existió ni nunca existirá que se rompe cuando nuestras lágrimas resbalan sobre nuestras mejillas y chocan contra el suelo.

Capitulo 5



En la planta ocho solo había un enorme pasillo que terminaba en una gran puerta de roble macizo. Los siete amigos se dirigieron allí, con pequeños tontos comentarios que intentaban disimular los nervios que todos sentían.
Al entrar vieron a otros trece chicos sentados, de espaldas a la puerta. Se sentaron tras ellos con sigilo.
De pronto un chico de gafas e inconfundible cara se giró. ¿Carlos? Poco a poco se fueron girando todos. ¡Aitana! ¡Jon! ¡Andrea! Y descubrieron en esa sala al resto de compañeros de experiencia. De pronto un portazo les sacó de  sus risas. La puerta se había cerrado. Una pantalla que tenían ante ellos se iluminó. Un señor apareció. Había tal silencio en la sala que se podría haber oído el respirar de un mosquito. Y el señor empezó a hablar.

“Queridos Jóvenes Talentos. Me presento. Soy Positivo Montones y soy inventor. En mi curriculum destaca la creación de la “empresa para el futuro”. En ella se han creado maquinas del tiempo increíbles. He conocido a mis clones del futuro y del pasado. He pasado una temporada en Troya. He inventado máquinas que te permiten vivir en un cuadro. Máquinas que te permiten ver lo que piensan los bebés. Pero esas maquinas ya no existen. La tiré yo mismo. Cuando mi padre se quedó en paro, yo tenía diez años y tuve que ayudarle a ir al banco de alimentos a recoger comida. Y gracias a un fallo de la máquina del tiempo tuve que revivir ese horrible momento. Era un sueño de ensueño, sí. Pero incluso los sueños tienen partes malas. Y he estado solo en el espacio. Conseguí el libro de la felicidad. ¿Pero eso de qué me vale? Nada compensará nunca todo lo malo que hice con esas horribles máquinas. Las tiré a un lago. Y, mientras lloraba, vi como Ruby (Así llamaba yo a mi máquina del tiempo) y todas los demás se hundían en el legro lago. Y observe como se hundían, con miles de secretos dentro. Y vi como arrastraban a Rosie al fondo del mar. Sí, me la imagino desesperada, atrapado en el pasado. Pero ere lo mejor que podía hacer por ella. Y contemplé como se hundían, e imaginé la sonrisa de los caimanes al ver que tenían comida. Solo se salvó el viejo libro del desván. Ese... libro... es muy peligroso. Y ahora el peso del mundo está en vuestras manos. El libro lo encontrareis en una carrera a contrarreloj en la que participaran... bueno... los que salgan vivos de aquí.” Su irónica y amarga carcajada se convirtió en una horrible tos de sangre. Positivo cayó al suelo y la conexión se cortó. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Y de pronto... Una explosión les hizo volar por los aires. Y esas últimas palabras de Positivo resonaron en la cabeza de Aurora, antes de caer inconsciente. “y participarán... bueno... los que salgan vivos de aquí”.

Capítulo 4



Las lágrimas rodaban por su cara, llegando a su boca, que reía y reía. Abrazó a aquel amigo suyo, mientras pensaba en lo tonta que debería parecer así. Pero en estos momentos poco le importaba lo que los demás dijeran de ella. Estaba feliz y nadie le iba a quitar la felicidad. Con esfuerzo, se separó mientras reía.
- ¡¡¡¡Cacerolo!!!! ¿Es que no tienes boca? ¡Di algo!
Entonces reparó en la chica que bajaba con Raúl en el ascensor. La chica les miraba fijamente, con una gran sonrisa en la cara. Corrió y la abrazó. Esa sonrisa la reconocería en cualquier lugar.
- ¡Raúl, Elvira! ¿Qué hacéis aquí?
- Eso iba a decir yo, Aurora- Contestó Raúl, que todavía no se lo creía.
- Cacerolo, ¿pero a ti quien te ha preguntao?- dijo Aurora, con una gran sonrisa
Esta frase, que tan borde les parecerá a algunos, provocó una carcajada general, y un “ya empezamos, eh, Aurora, como en los viejos tiempos” por parte de Raúl. Es que era imposible no reír cuando tantos recuerdos te inundan.
De pronto el otro ascensor se abrió, saliendo aquellos cuatro pasajeros, que Aurora, Raúl y Elvira reconocieron al instante: Alicia, David, Javi y Nuria. Y por fin consiguieron dar ese abrazo prometido desde hace años. Esos tan esperados abrazos de unos amigos tan especiales.... y tan de repente como ese  encuentro llegó la pregunta del millón.
¿Alguien sabe que podemos estar haciendo aquí?- preguntó David
-Es por la invitación. ¿Verdad? Todos la tenéis ¿no?- dijo Alicia
-No en realidad yo estaba aquí de vacaciones- Respondió Javi, con una        sonrisa burlona, provocando más carcajadas.
 -A mí tras unos agotadores 30 minutos la recepcionista me ha dicho que teníamos que ir a la planta ocho.- comentó Aurora
 -¿Y por qué no estamos subiendo ya?- preguntó Nuria.
 -Ya vamos nutria no te apures. GO TO SLEEP! – respondió Raúl
  -¿A ver subimos a la planta ocho o qué?- dijo Elvira, deseosa de averiguar ya por qué estaban allí.
  -Vamos- afirmaron todos, corriendo, entre risas, al ascensor. Parecían críos. Pero es que en circunstancias así... ¿Quién no quiere volver a ser un niño, para disfrutar las cosas como es debido? Y, durante aquellos minutos, el agobiado aire adulto que llenaba sus vidas se convirtió en un soplo del despreocupado aire infantil. Porque ese niño de dentro nunca se va. Por mucho que lo intentemos.
Ilusos pensamientos infantiles que inundaban sus ajetreadas cabezas pensando en que nada sería tan sorprendente como ese encuentro... Qué equivocados que estaban.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Capitulo 3



Cuatro chicos bajaban en el ascensor. Dos chicas y dos chicos. Una de ellas, bajita y de pelo corto, observaba el reloj. Debería estar en el hospital. Pero no. Se había pedido el día libre para poder venir a este hotel. Esa compañía le traía demasiados buenos momentos. Otra, un poco más alta y con un librito en la mano, pensaba en su tierra, Andalucía. Pensaba en que había dejado su libro a medio escribir por aceptar la invitación de ART-DECO S.L. Uno de los chicos, bajo y delgado, recordaba todos los momentos pasados con esa experiencia, con esa empresa. Los recordaba todos y cada uno de ellos con exactitud. Él era el graciosillo, con el que todos se reían. Y en el fondo, nada había cambiado. El último pasajero, sólo pensaba en su música. En su flauta, en su piano y en su orquesta allí en Galicia. Nunca había faltado a ningún ensayo. Pero aquella firma significaba más que su música. Se retocó las gafas y, mientras, el ascensor seguía bajando.

Aurora, con el humo saliéndole por las orejas, se dirigía al ascensor para ir a la planta ocho que según la loca de la recepcionista, era donde tenía que ir. Nunca había sabido lo irritantes que podían llegar a resultar las malditas recepcionistas. ¡Media hora esperando a que dejara el teléfono! ¡Y ahora otra media hora para coger el ascensor! Otro error más en su vida. Haber venido. Cuando el ascensor se abrió Aurora había conseguido relajarse y pudo observar con expresión mas serena a las personas que salían. Un inconfundible pelo rizado apareció ante sus ojos. Se quedó quieta unos segundos, y, tartamudeando, consiguió pronunciar su nombre... ¿Ra...Raúl?

Karma.

El camino se estrechaba por momentos. La luz no llegaba al final.
Era difícil creer que iba a acabar así. Cubierto de polvo, manchado de barro, bajo una manta de escombros del que antes había sido su hogar. 
"Con lo que yo he sido…"
¿Existía entonces eso a lo que los supersticiosos llamaban karma?¿Eso de que tu futuro dependía de tus acciones en el pasado? Años atrás, su respuesta habría sido una negación irrefutable. Sin embargo, ahora que veía como las cenizas revoloteaban frente a la luna, recortando siluetas casi mágicas, se aferró a aquella creencia como si de su última esperanza se tratase.
Había sembrado terror entre los suyos, humillado y pisoteado a poblaciones enteras, menospreciado hasta al más poderoso entre los poderosos. Había hecho cosas horribles. Pero para él eran maravillosas. 
Su vida estaba vacía, y si había algo que no podía soportar, era ver que la de las personas de su alrededor estaban llenas. Con cada lágrima de terror que se derramaba por su causa, con cada grito de piedad que oía, se sentía más grande.
Eso era algo bueno. Algo bueno para él. El karma no era un contrato con letra pequeña como los que a tanta gente había hecho firmar. No especificaba quien era el beneficiario de las buenas acciones. Solo que el que las hiciera se vería recompensado.
El loco, entonces, comenzó a reír. Comenzó a reír como el demente que era. La gente que pasaba cerca de él se llevaba las manos a la cabeza. Le gritaban para que se alejara del fuego, intentaban acercarse para sacarlo de bajo las paredes que le habían caído encima. Probablemente hubieran oído hablar del loco, pero no del tirano que fue en otro tiempo. 
Las llamas comenzaron a consumirle. El camino se estrechó por completo. La luz se apagó. Ya no había cenizas en el cielo. Y tampoco quedaba rastro del viejo loco en el suelo.


Capítulo 2


Una chica con un hermoso acento gallego se encaminaba al ascensor. Sabía que algo estaba pasando, y ella no era de las que se daban aludida tan fácilmente. Había recibido la extraña invitación el día anterior. Leer el nombre de la empresa le había traído grandes recuerdos, memorias que jamás olvidaría. ART-DECO S.L. había hecho que conociese a gente fantástica. Ahora quería llegar a recepción a pedir algo de información, a ver si la pillaba sin el teléfono pegado a la oreja como si fuera un pendiente.  Se metió en el ascensor y pulso el botón que la llevaría a la planta baja mientras se intentaba alisar un poco su largo pelo con las manos.  

Mientras, en la tercera plante un joven científico de cabellos rizados y ojos color miel se hacía las mismas preguntas. “¿Por qué estoy aquí?” Cada vez que se lo preguntaba, su sentido común le decía que porque era idiota. Pero una parte de él lo negaba. Una parte de él se inclinaba a creer que era por algún motivo. Tenía que centrarse. Conocía a esa empresa, pues claro que la conocía. Con ella había pasado una gran experiencia. Una experiencia que le había hecho sentir como nunca. Pero eso sucedió hace mucho tiempo. No entendía por qué ART-DECO S.L. le volvía a llamar.
“¿A ver Raúl, y si vas y lo averiguas? ¡Ve a preguntar a recepción, o algo pero muévete! Raúl fue rápidamente al ascensor, y una chica de largo pelo negro y una bonita sonrisa apareció cuando el ascensor se abrió. “Esa sonrisa... estoy seguro de que la conozco. Bueno, Raúl limítate a intentar no quedarte con cara de bobo mirándole.” A sí que entró, saludó y el ascensor se cerró, poniendo, inconscientemente rumbo a su mayor aventura.  

martes, 3 de septiembre de 2013

CUENTO DE UNA NOCHE DE INVIERNO

Hola chicos:)
Me gustaría inaugurar mi parte del blog mostrándoos mi relato del Concurso de Relato Corto Jóvenes Talentos de CocaCola. Se titula "Cuento de una noche de invierno". Como inicialmente el relato estaba escrito en gallego, he tenido que traducirlo, así que os pido disculpas por los posibles errores y "expresiones extrañas" que pueda haber, ya que el gallego y el castellano en ciertos aspectos son muy diferentes. Espero que os guste:


El pequeño Pablo iba para la cama como uno de los tantos días que tenía el largo invierno de la montaña orensana. Su abuelo, hombre sabio y viejo, siempre le contaba un cuento cada noche, con el que “Pabliño” (cómo le llamaba su  abuelo) soñaba durante toda la noche .
Ya estando Pablo dentro de la cama, el abuelo encendió la lámpara  y se dispuso a contarle  a su nieto una historia fabulosa, que comenzaba así:
“Había una vez, una muchacha llamada Laura a la que le encantaba escribir y leer . Todas sus  amigas también eran devotas de la lectura, pero ella era especial: leía todo en gallego. A pesar de que su  familia y amigos hablaban el castellano, ella prefería el gallego, “su  lengua” (cómo ella decía).
Dentro de sus predilecciones literarias destacaba una figura recordada siempre como la mayor  escritora y poetisa que dio Galicia en toda su  historia: la gran Rosalía de Castro. Laura nunca se cansaba de leer  las maravillosas poesías de la de Iría Flavia, pasando horas y horas de su tiempo libre leyendo todas las joyas literarias que Rosalía dejó para el disfrute de personas  imaginativas como Laura.
Un día lluvioso, de los tantos que tiene la ciudad  compostelana a lo largo del año, Laura caminaba por las húmedas calles de los alrededores de la Catedral, con sus “All – Star”  y la gran herencia que su fallecida abuela le había dejado: el libro de “Cantares Gallegos”, el  mejor de las decenas de libros que Laura había leído hasta aquel momento. Iba recitando el famoso poema “Adios ríos, adiós fuentes” en su cabeza cuando, ya a punto de llegar a la Plaza del Obradoiro, una de las infinitas piedras del suelo santiagués desapareció y se llevó consigo a Laura.
Ella, en el poco tempo que su  “caída” duró, no pudo imaginar a donde iría… Corría el primero mes del año 1863. En la monotonía del pueblo, aparece una niña que no sabe muy bien  donde está. Ella, entre lecheras, carros de bueyes  y jornaleros, no sabe que hacer; así que se dedica a leer un poco de “Cantares Gallegos” y descubre  donde está a través de una de las descripciones que Rosalía hizo sobre su  pueblo natal, Iria Flavia.
Entonces Laura, muy ilusionada, comenzó a preguntar por Rosalía por el pequeño pueblo hasta dar con su pequeña casa, y se dirigió a la puerta de madera:
- Toc, toc! – llamó Laura.
- Pase! – contestó Rosalía.
Laura, con paso firme pero cuidadoso, se aproximó a lo que  ella suponía era el “estudio” de Rosalía, el lugar donde brotaban aquellos maravillosos textos que hacían soñar a cualquiera. Y allí  estaba, escribiendo con firmeza en un papel los versos que posteriormente formarían parte de la maravillosa obra que Laura poseía en sus manos.
- Hola… soy Laura Castrofeito. No será mucho de fiar pero… vengo del futuro, de 150 años más adelante . Leí todos sus  libros y usted  es mi  referencia a seguir, por lo que me alegro mucho  de conocerla – se presentó, dubitativa, Laura.
- Hola, muchacha… me alegro mucho de que te gusten mis  poesías. Además, ahora no me vienes nada mal: estoy intentando terminar una obra y no estoy pasando un buen momento – añadió amable la poetisa  - . Toma asiento y le echa  un vistazo a lo que  estoy escribiendo:
Que así mo pediron
que así  mo mandaron
que cante e que cante
na lingua  que eu falo.

Eran los versos favoritos de Laura! Ella le dijo que le encantaban, a lo que Rosalía respondió:
- Necesito ayuda, Lauriña! Tengo que presentar la obra mañana y aún no he terminado, me ayudas?
Laura, feliz, aceptó y le demostró  a Rosalía todo lo que sabía y, trabajando juntas, fueron capaces de terminar la obra antes del atardecer. Laura descubriría en aquella tarde como era la grande poetisa por dentro, conociendo sus  trucos, su  forma de escribir y de expresar lo que sentía. Estando ya las dos cansadas de tanto trabajo, Rosalía dijo:
- Lauriña, como titulamos la obra?
- Titule la obra como más le guste. No voy a ser yo quien de ponerle  título a su obra –contestó Laura.
- No, ponle tú el título. Al fin y al cabo, la obra es tan tuya como mía .
- “Cantares Gallegos” no estaría mal, no? – dijo Laura.
- Que así sea -  finalizó Rosalía.
Laura se despidió de ella y, después de  muchas vueltas, fue capaz de volver a Santiago, pensando que, en honor de su heroína y de sus increíbles versos, se dedicaría a pintar con palabras los retratos de su vida, pero con el color  “de la lengua que ella hablaba”.


Y así fue cómo, en uno de los tantos pueblos de la montaña del Caurel, un muchacho durmió soñando con Laura y su  maravilloso viaje.